22.3.10

The cove

Una vez más... para preservar el medio ambiente, las especies marinas... para concienciarnos a nosotros mismos de lo importante que es cuidar nuestro entorno y que atrocidades se comenten a diario.

Un restaurante californiano perseguido por la justicia federal de EEUU por haber vendido sushi de ballena ha decidido cerrar definitivamente sus puertas, según anuncian sus responsables en la página web del establecimiento.

El restaurante The Hump, situado en Santa Mónica, al oeste de Los Ángeles, y su jefe, Kiyoshiro Yamamoto, de 45 años, han sido denunciados por la "venta ilegal de productos derivados de un mamífero marino", en este caso el rorcual boreal, una especie de ballena protegida por la ley americana.

"The Hump espera que, cerrando sus puertas, ayudará a atraer la atención del público hacia los efectos devastadores de la caza ilegal de la ballena", afirman los responsables del restaurante en su web.

"Castigo autoinfligido"

"El cierre del restaurante es un castigo autoinfligido, que se añade a la multa que nos impondrá la justicia. El propietario de The Hump también tomará otras iniciativas para salvar las especies en vías de extinción", añaden.

"Una de estas iniciativas consistirá en hacerle un donativo sustancioso a una o varias organizaciones de salvaguardia de las ballenas y de otras especies en peligro", precisan.

"The Hump presente sus excusas a sus clientes de Santa Mónica y al público en general por sus actividades ilegales", escriben.

Filmaciones secretas y análisis del sushi

Los propietarios del restaurante pueden ser condenados a penas de hasta un año de prisión y 200.000 dólares de multa, y el encargado del establecimiento, 100.000 dólares de multa.

Las autoridades fueron alertadas por el equipo de la película The Cove, la bahía de la vergüenza, un alegato sobre la matanza de los delfines en Japón, que se ha llevado este año el Oscar al mejor documental.

El restaurante estaba en el punto de mira del realizador de The Cove, Louie Psihoyos, desde hace varios meses. Psihoyos hizo pasar a varios miembros de su equipo por clientes y filmó las comidas con minicámaras cinematográficas y recuperó los sushis de ballena para hacerlos analizar y establecer que, efectivamente, se trataba de carne de rorcual.

La pasada semana, el restaurante tuvo que enfrentarse a manifestaciones de defensores de las ballenas a las puertas del establecimiento.
(el periodico)

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